Querid@s 

Hay ciclos que se cierran con la suavidad de una exhalación profunda, y así siento este momento. Me preparo para partir hacia Brasil, y lo hago con el corazón lleno, colmado de todo lo que me ha sido regalado en este tiempo.

España no ha sido solo un lugar en el mapa para mí. Ha sido tierra fértil. Me acogió con los brazos abiertos cuando aún no sabía muy bien cuál era mi camino. Aquí eché raíces sin darme cuenta. Aquí encontré mi propósito, mi voz, mi lugar en el mundo. Y fue gracias a cada uno de vosotros, a vuestra generosidad, a vuestra presencia, que este camino tomó forma y sentido.

El pueblo de Náquera y su gente… no tengo palabras. Fuisteis hogar cuando aún no me sentía en casa. Fuisteis silencio y confianza, y también risa, complicidad, apertura. Me disteis espacio para ser, para compartir, para servir. Gracias por hacerme sentir parte, por acogerme como una más, por permitirme acompañaros en tantos momentos de luz y también de sombra.

En el Estudio Drishti se tejieron lazos profundos. Compartimos mucho más que una práctica: compartimos vida. Hubo días de esfuerzo, de entrega, de transformación. Días de alegría, de lágrimas, de descubrimientos silenciosos. Y todo eso lo llevo conmigo, como un tesoro íntimo, sagrado.

Me marcho en paz, con gratitud infinita y con la certeza de que lo vivido aquí no termina: simplemente se transforma.

Gracias, de corazón, por tanto.

Con amor y profundo respeto,

Silvana