Hoy me siento especialmente agradecida y, si hay algo que me hace feliz, es dar las gracias. Así que: GRACIAS.
Desde muy pequeña me ha gustado el arte, la música y la actividad física.
A los 9 años, mi padre descubrió en mí la sensibilidad por la música y empezó mi andadura con la teoría y el solfeo. Pude tocar mis primeras notas al piano tras un año de trabajo y dedicación. Junto a la música y mi afán de superación estaban, las clases de educación física en colegio, en las que destacaba siempre en algún deporte, participando en ligas y logrando lo que me proponía. Mi pasión por la música me llevó a formarme como músico y profesora en piano y toqué en una orquesta durante muchos años, dejando el deporte como una práctica personal y un hobby.
Tras haber practicado diversos deportes, en 2009 conocí el Pilates y su trabajo sobre la musculatura profunda, el enfoque mental y la respiración. En el año 2010 entré por primera vez en una sala de YOGA. No entendía nada, para mi el yoga eran estiramientos y poco más, pero poco a poco la práctica se instaló en mi rutina y me di cuenta de que mi mente y mi cuerpo sabían lo que necesitaba. Me sumergí en la fascinante actividad del Hatha Yoga y llegó a atraparme de un modo que hoy no sabría vivir sin él.
En 2011, mi vida dio un giro y empecé a realizar uno de mis sueños: estudiar la carrera de Psicología. Pese a que estudiar una carrera y trabajar dejan muy poco tiempo libre, con mucho esfuerzo logré formarme, de manera intensiva, en Yoga Integral y Pilates. Comenzando a dar clases al año siguiente. Desde entonces no he dejado de seguir formándome y tomando clases con distinguidos maestros de Yoga dinámico, Asthanga, Iyengar y Mindfullness, participando en seminarios, retiros y cursos avanzados.
He compartido mi práctica en diferentes salas durante estos años en Valencia, L’Eliana, San Antonio de Benagéber y, cómo no, en Náquera, pueblo que me acogió con los brazos abiertos y del que estoy enamorada, por su entorno y por su gente maravillosa. En los últimos 4 años, hemos formado en Náquera un fantástico grupo de yoguis, compartiendo la práctica e incluso momentos de diversión fuera del yoga. Estoy inmensamente agradecida por ello, creo que he recibido más de lo que he dado y estoy que no quepo en mí. «Gracias» es la palabra que más he oído decir últimamente, y gracias es lo que os doy también yo.
Llegada a este punto, quiero presentaros mi proyecto personal con el que seguir compartiendo el yoga con todas vosotras y todos vosotros: Estudio Drishti – yoga y pilates.
¿Por qué DRISHTI? Porque Drishti quiere decir MIRADA. En la práctica de yoga y la meditación, drishti significa fijar la mirada en un punto. Este enfoque envía mensajes tranquilizadores al sistema nervioso, despierta la mente y le confiere una dirección. Los ojos son los objetivos de la mente, y con drishti enfocas tu conciencia. Drishti permite ralentizar la mente e introducirse más profundamene en la práctica del yoga y la meditación. Cuando nuestra mirada es estable y está bien enfocada, nuestra mente también poseerá dichas cualidades y será más fácil mantener el equilibrio.
Con la apertura de Estudio Drishti, espero poder ofreceros un espacio de bienestar, donde comenzar o continuar con tu práctica de yoga y pilates, en un entorno acogedor, tranquilo y lleno de buenas vibraciones. Que tu trabajo en el Estudio te ayude a encontrar tu Drishti, tu enfoque, en tu vida personal.
Una vez más: gracias,
Silvana Pinto da Silva, 2018