La mayoría de nosotros da por sentado que porque la respiración es normalmente automática, está más allá de nuestro control activo. Esto no es cierto. Mediante un entrenamiento eficiente de los pulmones y del sistema nervioso podemos lograr que la respiración sea más eficaz alterando su ritmo, profundidad y calidad. La capacidad pulmonar de los grandes atletas, los alpinistas y los yoguis es mucho mayor que la de una persona normal, lo que les permite realizar hazañas extraordinarias. Una mejor respiración significa una vida mejor y más sana .
Durante la inspiración normal, una persona media toma cerca de medio litro de aire; durante la inspiración profunda, la cantidad de aire inspirado es aproximadamente seis veces mayor, llegando a rondar los 3 litros. La capacidad de cada individuo varía según su constitución y práctica. La práctica de pranayama aumenta la capacidad pulmonar del practicante, permitiendo que los pulmones consigan un grado óptimo de ventilación.
El pranayama no es una mera respiración habitual y automática para mantenerse con vida. A través de la abundante toma de oxígeno que resulta de sus disciplinadas técnicas, tienen lugar en el cuerpo sutiles cambios químicos, mediante los cuales se regulan los pensamientos, deseos y acciones del practicante, aportándole el equilibrio y la enorme fuerza de voluntad necesarios para convertirse en maestro de sí mismo.
Por contra, cuando la respiración es irregular, la mente oscila; cuando la respiración es estable, también lo es la mente. Para alcanzar la estabilidad, la persona ha de controlar su respiración. Mientras hay respiración en el cuerpo, hay vida. Cuando desaparece la respiración, también desaparece la vida. ¡Regula, pues, la respiración!.
El propósito del pranayama es lograr que el aparato respiratorio funcione de forma óptima. Ello mejora automáticamente el sistema circulatorio, sin el cual los procesos de digestión y eliminación se verían perjudicados: las toxinas se acumularían, se propagarían a través del cuerpo, y la enfermedad se volvería algo habitual. El aparato respiratorio es la puerta de acceso a la purificación del cuerpo, la mente y el intelecto; su llave es el pranayama.
La práctica de pranayama ayuda a depurar los Nadis, que son órganos tubulares del cuerpo sutil a través de los cuales circula la energía. Existen varios miles de Nadis en el cuerpo, y la mayoría de ellos salen de la zonas del corazón y el ombligo. El pranayama mantiene un buen estado de los Nadis, evitando su degeneración; lo cual, a su vez, genera cambios en la actitud mental del practicante. La razón es que, en el pranayama, la respiración se inicia en la base del diafragma, a ambos lados del cuerpo, cerca de la cintura pélvica . Ello resulta en una relajación de la pared torácica del diafragma, así como de los músculos espiratorios accesorios del cuello. Esto a su vez ayuda a relajar los músculos faciales. Al relajarse los músculos faciales, estos aflojan la sujeción que ejercen sobre los órganos de percepción- ojos, oídos, nariz, lengua, piel-, mitigando así la tensión del cerebro. Cuando esta tensión se mitigada el practicante alcanza concentración, ecuanimidad y serenidad.
Siguiendo el programa de años anteriores, Estudio Drishti ofrece a los alumnos y no alumnos la posibilidad de profundizar en el control de la respiración con 2 talleres que se celebrarán los días 3 y 10 de agosto a las 19:00 horas. ¡Apúntate!
Precios: 12€ un taller, 20€ los dos.
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